Consagración de la Provincia “Puerta de la Aurora” al Sagrado Corazón de Jesús

“Jamás debemos dejar de considerar
todo el inagotable tesoro de virtudes del Corazón hipostático de Jesús.
Contemplar ese venero riquísimo, y no querer salir de allí,
debe ser el timbre de honor, la señal distintiva, de nuestro Instituto”
Directorio de espiritualidad

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Por gracia de Dios, pudimos realizar en nuestra Provincia, María Puerta de la Aurora, la Consagración de nuestras comunidades al Corazón de Jesús. La ocasión fue la fiesta de nuestra Patrona, María Puerta de la Aurora, el pasado 16 de noviembre.

Para esto, nos reunimos en la casa Provincial, las hermanas de las comunidades presentes en Holanda y Luxemburgo.

El acto estuvo presidido por el p. Mario Rojas IVE. Tuvimos la Santa Misa a las 12.00 y luego el Padre entronizó en la capilla la Imagen del Corazón de Jesús y realizamos nuestra consagración, seguida del Canto de las Letanías. 

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Festejamos con el almuerzo, en el que estuvo presente también el p. Ismael Quequesana IVE.

Las hermanas de las demás comunidades se unieron a nosotras, realizando el mismo acto de consagración.

A modo de preparación pudimos hacer una novena de “Buenas Noches”, en las que profundizamos el sentido y el fundamento de la Devoción y Consagración al Corazón de Jesús, con textos de la encíclica haurietis aquas y  del libro “La devoción al Sagrado Corazón” del P. Jean Croiset, Director Espiritual de Santa Margarita María, quien lo escribió por deseo del mismo Corazón de Jesús.

Somos conscientes de que esto no puede ser un acto más de devoción en nuestras vidas, sino que nos tiene que ayudar a vivir con mayor plenitud y más entrega nuestra consagración, nuestros votos religiosos y nuestro carisma en esta Familia Religiosa a la que por pura Misericordia Dios nos ha llamado.
Sagrado corazón-SSVM-Blauwe-zusters-Heilige-hart-van-jezusEn estos tiempos, sobre todo, parece Jesús invitar con más insistencia a sus consagrados a buscar refugio en su Divino Corazón. El objetivo de  esta devoción “consiste en amar ardientemente a Jesucristo, a quien tenemos siempre con nosotros en la adorable Eucaristía, y en manifestarle nuestro amor con nuestro pesar por verle tan poco amado y tan poco honrado por los hombres, intentando reparar esos menosprecios y esas faltas de amor”.[1]

Jesús mismo demostró numerosas veces ser éste el camino que Él ha elegido para atraer a las almas en estos tiempos y la gran necesidad de que las almas consagradas reparemos tantas ingratitudes, especialmente lo vemos en las revelaciones hechas a Santa Margarita María: “He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres, y en cambio, de la mayor parte de los hombres no recibe nada más que ingratitud, irreverencia y desprecio, en este sacramento de amor.” [2]

El papa Pio XII en su Encíclica Haurietis Acquas, decía: Este culto, si consideramos su naturaleza peculiar, es el acto de religión por excelencia, esto es, una plena y absoluta voluntad de entregarnos y consagrarnos al amor del Divino Redentor, cuya señal y símbolo más viviente es su Corazón traspasado. E igualmente claro es, y en un sentido aún más profundo, que este culto exige ante todo que nuestro amor corresponda al Amor divino. Pues sólo por la caridad se logra que los corazones de los hombres se sometan plena y perfectamente al dominio de Dios, cuando los afectos de nuestro corazón se ajustan a la divina voluntad de tal suerte que se hacen casi una cosa con ella, como está escrito: «Quien al Señor se adhiere, un espíritu es con El».[3]

Consideramos que la Consagración al Corazón de Jesús que hemos podido realizar como Familia Religiosa, y de modo más particular en cada provincia y comunidad, es una gracia grandísima.

Dios, nuestro Padre quiere unirnos a Él, nos quiere santificar, y nos otorga todos los medios para poder realizar su obra en nuestras almas, con una infinidad de detalles que sólo Él puede pensar. Saber y constatar esto es causa de gran alegría, y nos debe animar a vivir cada día más plenamente nuestra consagración en ésta, nuestra amada Familia Religiosa.

Que los Corazones de Jesús y de María sean nuestro único Refugio. Que podamos vivir con gran radicalidad nuestra consagración, nuestros votos y nuestro carisma, para poder realmente “consolar a Jesús por los pecados del mundo” (según el deseo del pequeño Beato Francisco Marto) y salvar muchas almas.

Hermanas de la Provincia “María Puerta de la Aurora”

[1] P. Jean Croiset “La devoción al Sagrado Corazón de Jesús”, Capítulo I. En qué consiste la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, p. 10.

[2] Palabras de Jesús a Santa Margarita María.

[3] Pio XII, Haurietis Acquas, n.2.

 

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