Ora et Labora – Contemplativas en Luxemburgo

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El otoño, como todos los meses del año tiene su encanto particular, especialmente aquí, en donde los árboles se van desprendiendo de sus hojas que toman mil matices diferentes de color amarillo, rojo y pardo…

Desde que comenzamos con nuestro monasterio, junto al frío y al caerse de las hojas nos llega también un trabajo muy propio de este tiempo…

Somos pobres, y tenemos que sentir la ley del trabajo. “Ora et labora”

es el gran lema de San Benito. Nuestras jornadas deben ser todas para Dios, el Único Necesario, y para vivir plenamente esto es que gran parte de nuestro día está consagrado a la oración. Pero esa oración tiene que prolongarse a lo largo de la jornada, también durante las horas de trabajo.

En otoño, siempre recibimos una gran cantidad de membrillos, que algún alma generosa nos trae, y que nos ayuda a vivir este “labora” del moto benedictino…

Es así, que en esta semana, ya con más práctica y experiencia que otras veces nos pusimos manos a la obra para poder transformar esas frutas en dulce y mermelada.

ssvm-vida-contemplativa1Al realizar este proceso, podemos pensar también en la obra que Dios hace en nuestras almas, en la transformación que quiere realizar, y como procura que todos los instrumentos colaboren en su plan. Su Providencia es admirable, llena de ternura para sus hijos, y hasta los mínimos detalles, como pueden ser el sucederse de las estaciones, o tener que realizar tal o cual trabajo, están calculados por su Amor para nuestro bien, que no es otro que unirnos a Él mismo.

Damos gracias a Dios, nuestro Padre Bueno que nos permite cada día, en nuestra simple vida de oración y de trabajo descubrir tantos destellos de ese Amor infinito que nos tiene, y que tiene por todas las almas.

 

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