“… los contemplativos, han de llevar levantada la bandera de la humildad y sufrir cuantos golpes dieren, sin dar ninguno, porque su oficio es padecer como Cristo, llevar en alto la cruz, no la dejar de las manos por peligros que vean, ni que vean en él flaqueza en padecer; para eso le dan tan honroso oficio. Mire lo que hace, porque si él deja la bandera, perderse ha la batalla”1.
Por gracia de Dios, y en ocasión del V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, pudimos realizar en nuestro monasterio (del 12 al 15 de octubre), estas Jornadas de profundización de la doctrina de la Doctora de la Iglesia castellana.
Comenzamos hace varios meses preparando los trabajos para exponer durante estos días, lo cual, ha sido de gran provecho personal.
Utilizamos como base los textos del “Camino de Perfección”, en los que la santa enseña el camino para llegar a la oración contemplativa: Amor al prójimo, Desasimiento de las creaturas, Humildad y desasimiento interior, y finalmente Oración contemplativa.
Pudimos también, gracias a los modernos medios de comunicación, escuchar una Conferencia de nuestro Padre Espiritual, el P. Alberto Barattero, IVE, sobre un aspecto más filosófico de la elección de la vida interior, que hay que renovar libre y voluntariamente cada día. Tuvimos tiempo para preguntas, del que participaron también nuestras hermanas del Monasterio “Ecce Homo” de Holanda.
Damos gracias a Dios por los bienes que nos ha concedido durante esos días, y a Él le pedimos que nos conceda la gracia de, a ejemplo de Teresa la grande, ser verdaderas contemplativas, esposas amantes del Corazón de Jesús.