Origen y significado de la fiesta católica de Todos los Santos
El Día de Todos los Santos es una celebración cristiana que tiene lugar el 1 de noviembre en la Iglesia católica.
En este día la Iglesia celebra a manera de fiesta solemne a todos aquellos difuntos que, habiendo superado el purgatorio, se han santificado totalmente, han obtenido la visión beatífica y gozan de la vida eterna en la presencia de Dios. Por eso es el día de «todos los santos». No se festeja sólo a los beatos o santos que están en la lista de los canonizados y que la Iglesia celebra en un día especial del año; se celebra también a todos los que no están canonizados pero viven ya en la presencia de Dios. La Fiesta de Todos los Santos precede la conmemoración de los fieles difuntos, cuya solemnidad estaba programado oficialmente para el 2 de noviembre dos siglos después del establecimiento de Todos los Santos.
Tercera fiesta de Todos los Santos con los niños del Oratorio – Sábado 29 de octubre del 2016
¡Cada año son más numerosos! Este año hemos contado con la presencia de 58 niños. Como parte de la fiesta, cada uno se disfrazó de un Santo que ellos mismo eligieron. El encuentro empezó en nuestro estacionamiento, con cantos en preparación para la procesión. Cuando nos dimos cuenta de que la mayoría de los niños inscriptos ya estaban presentes comenzamos la procesión por las calles de nuestro barrio en Cents. Durante la procesión fuimos cantando con los niños y los papás. Ya de regreso en el convento, fuimos a nuestro jardín, y sentados en una gran ronda, comenzaron a presentarse. Los primeros fueron tres papás que también estaban disfrazados. Éstos eran, San Pedro, quien siempre abre la puerta del cielo, San Juan Bosco fundador del Oratorio y San Benjamín diácono y mártir del siglo V.
Siguieron luego los niños, los más grandes contaron un poco de la historia de la vida del Santo que representaban, mientras los más pequeños decían solamente el nombre de su Santo. 
Luego los dividimos por edades y comenzamos con los juegos. Antes de partir compartimos una rica merienda con la esperada torta de chocolate y cantamos las letanías de los santos, al final les hicimos un pequeño regalo con una bolsita de golosinas y una estampita de la Sagrada Familia.
Los niños se divirtieron mucho y junto a sus papás nos agradecieron por la hermosa fiesta que hemos tenido.
Fue una gran oportunidad de mostrar a todos que es una alegría festejar el Día de Todos los Santos, no Halloween, como se nos propone en el mundo de hoy. Esa es la razón de la fiesta un día antes de la Conmemoración de Todos los Fieles Difuntos, lo que explica que las almas, que murieron en gracia de Dios, habitan en el reino de los cielos, lugar que está reservado para todos los creyentes.
De esta fe se deriva nuestra alegría y nuestra fuerza. Que el Señor nos la conserve siempre intacta y fecunda. Y con su gracia nos proteja y nos sostenga siempre. ¡Así sea![1]
Hna Maria Czestochowa, SSVM
[1] HOMILÍA DE SU SANTIDAD JUAN PABLO II, Cementerio del Verano, Roma, sábado 1 de noviembre de 1980